Alojamiento engañoso y poco fidedigno

En general: Quedando solo 5 días para nuestro vuelo a Mancora, Jaime nos envía una foto para advertirnos que ahora había una casa en construcción bastante avanzada justo frente a la terraza (que tenia vista despejada al mar y ahora solo se veía 2 pisos de ladrillos, mallas y maestros trabajando), pero nos aseguró que la construcción estaría detenida y no produciría ruidos molestos. Buscamos otras opciones de casas, pero decidimos tomar la misma casa de Jaime “Lua y Mar” con un descuento en la tarifa por noche. La sorpresa fue que al llegar notamos que la construcción no se iba a detener, por lo que estuvimos desde 8am a 6pm con ruidos molestos, polvo y maestros paseándose a metros de nuestra terraza. Incluso llegaron a fumigar un par de palmeras con una sustancia de extraño olor a pescado a centímetros de nosotros mientras tratábamos de descansar en nuestras vacaciones. Jaime por su lado nos decía que hacía lo posible para detener la construcción. Para nuestra sorpresa, pudimos corroborar (con varios vecinos y los mismos maestros) que la construcción había empezado hace un año y la casa que se estaba construyendo también era de Jaime. Siempre supo que la construcción estaba ahí, y siempre tuvo el poder de detenerla, sin embargo, no hizo nada para reducir nuestra molestia. Por lo demás, notamos que en los 7 días que estuvimos a la piscina le echaron 2 veces 60 litros de químicos (cloro, sulfato de cobre y decantador), lo que tiñó verde nuestra ropa de baño e incluso el pelo de algunos. También la casa tiene muchas moscas, y mal olor en la cocina. La comida de la gente de la cocina es bastante buena aunque todos nos enfermamos del estómago en algún momento. No sabemos si fue la comida o los químicos de la piscina. Comida: Muy rica! La cocinera espectacular. Habitación: Solo dos piezas tienen aire acondicionado. Las máquinas que enfrían aire en las demás habitaciones no funcionaban y no habían ventiladores. Pasamos muchísimo calor.